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  PROBLEMA DE GENERO
 
 
PROBLEMA  DE  GÉNEROS
“Los opresores de Mi Pueblo son muchachos, y MUJERES SE ENSEÑOREARON DE ÉL.   Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen el curso de tus caminos”
(Isaías 3 : 12) 
 
Amada Iglesia: 
Aquel hermano, hombre joven y robusto, salió por la entrada independiente a la calle, de la vivienda pastoral, situada en el segundo piso del templo e hizo su entrada por las puertas principales, a espaldas de la congregación, empujando el coche con su hijo de meses, mientras su esposa, la pastora, predicaba el sermón dominical. 
El niño emitió unos gorjeos y todos los hermanos voltearon a mirar, complacidos con esa dulzura infantil, distrayéndose o interrumpiendo momentáneamente el sermón, pero seguidamente, continuaron  quietos y respetuosos, mientras el joven padre y el bebé, permanecieron sentados a un lado hasta el final de culto. 
Esa pastora se casó pocos años después de recibir el ministerio en esa iglesia, a sus treinta y tantos años, con un joven músico cristiano que había hecho varias visitas como pianista de un grupo musical en algunos eventos religiosos.    Pero, desde su matrimonio con la pastora, se sometió a la autoridad de ésta y abandonando sus quehaceres religiosos con el grupo musical, se dedicó a cuidar de la casa pastoral y del bebé.   Muy de vez en cuando tocaba el piano para animar algunos cultos, cuando alguien conseguía una niñera ocasional, pero además de esto, cocinaba, limpiaba y ordenaba la vivienda. 
En esa congregación, la pastora, todavía ejerce con buena intención, con simpatía femenina y con suaves, pero severas y rígidas órdenes, su liderazgo pastoral.    Mientras en las bancas del templo se sientan a escuchar sus enseñanzas y a obedecer sus direcciones, algunos hombres maduros, mayores que ella en edad, con sus respectivas esposas e hijos, además del grupo de jóvenes, en esa iglesia que ha permanecido relativamente pequeña con cerca de cien miembros, durante ya muchos años, pastoreada por esta consagrada mujer de Dios. 
He conocido de cerca esa iglesia de mi ciudad, pero solo hasta poder observar la nueva y bochornosa situación matrimonial de la pastora, que afecta a toda la congregación a su cargo, he podido entender LA PATÉTICA SITUACIÓN DE UNA MUJER DIRIGIENDO, PASTOREANDO O ENSEÑANDO A UNA IGLESIA, TENIENDO SOMETIDOS A ELLA, NO SOLO A SU ESPOSO CONSORTE, SINO A LOS RESPETABLES VARONES, CASADOS O SOLTEROS DE SU CONGREGACIÓN.     
 
Al principio de mi vida cristiana, defendía vehementemente la igualdad de sexos o géneros en el ministerio cristiano, repitiendo el socorrido versículo, que no aplica para el ministerio sino para la justificación por la fe y la herencia de la promesa, es decir, para la salvación:   “No hay varón ni mujer;  porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”   (Gálatas 3 : 28) 
Pero ahora, conociendo casos como este, comprendo cabalmente y me someto a lo que dice la Palabra de Dios: 
“Porque NO PERMITO A LA MUJER ENSEÑAR, NI EJERCER DOMINIO SOBRE EL HOMBRE, sino estar en silencio”
(1 Timoteo 2 : 12)  
No solo existen estos casos aparentemente excepcionales, sino también vemos  a famosas predicadoras y líderes, aún autodenominadas “apóstolas”, como el caso de Joyce Meyer, quien dice en sus libros que:  “ella manda a su esposo en la iglesia, pero él la manda a ella en su casa……después de cocinar, planchar, limpiar y pedirle dinero para sus gastos personales”  (éstos últimos detalles, no los dice textualmente, pero lo podemos imaginar).   
Por cierto, acabo de volver a ver un culto o enseñanza de Joyce Meyer y no alcancé a divisar ni un solo varón en la vasta congregación, ¿por qué será?
 
En un mensaje nuestro a estas listas de correo, en Noviembre 18/2005, titulado “Pastoras y pastoras”, citábamos el siguiente comentario en un foro de internet: 
<<  ¿Por ser la mujer de un pastor se es pastora?  
Esta pregunta me surge al ver distintas iglesias en las que se le llama "pastoras" a las esposas de los pastores.   ¿Eso puede ser así?   ¿Qué opinan ustedes? 
¿La esposa de un médico es médica?   ¿O el hecho de ser la esposa de un carpintero, la convierte en carpintera? 
Hay muchas iglesias creyendo bíblicamente que una mujer no puede ser cabeza del ministerio pastoral, sin embargo, también conozco iglesias donde por un motivo u otro quedaron las esposas o viudas de los pastores a cargo de las iglesias
Por mandato bíblico creo que esto no puede ser así.   ¿Qué opinan ustedes?  >>  
Es la inversión de los roles o papeles naturales y espirituales, diseñados u ordenados por Dios desde la Creación del hombre. 
“Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y EL VARÓN ES LA CABEZA DE LA MUJER, y Dios la cabeza de Cristo”
(1 Corintios 11 : 2) 
Como desviaciones, errores y abusos relacionados, se pregunta en la mencionada cita del mensaje anterior, sobre el caso de esposas de pastores que reciben el título y cargo de “pastoras”, solo por su matrimonio. 
 Así, las esposas comunmente son tratadas como “la pastora”, “la apóstola”, “la misionera”, etc.    Y EJERCEN LA AUTORIDAD DE UN MINISTERIO QUE NO LES HA SIDO DADO A ELLAS, SINO A SUS ESPOSOS.
También son conocidos los casos en que ALGUNAS VIUDAS HAN HEREDADO DEL FALLECIDO PASTOR SU MINISTERIO Y LOS BIENES O PROPIEDADES MATERIALES DE LA IGLESIA, ES DECIR, LOS DIEZMOS, Y LAS ALMAS. 
“Vuestras mujeres callen en las congregaciones;  porque no les es permitido hablar, sino que ESTÉN SUJETAS, como también la ley lo dice.
     Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos;  porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación.
     ¿Acaso ha salido de vosotros la Palabra de Dios, o sólo a vosotros ha llegado?
     Si alguno se cree profeta, o espiritual, RECONOZCA QUE LO QUE OS ESCRIBO SON MANDAMIENTOS DEL SEÑOR”
(1 Corintios 14 : 34) 
 
En toda la Historia de la Iglesia, desde el ministerio terrenal de Jesucristo y sus apóstoles, tal como lo podemos conocer en el Nuevo Testamento, no hubo “apóstolas”, ministras o pastoras, sino solo hasta estos últimos años, desde el siglo XX.    
Y eso que todos los apóstoles, a excepción de Pablo, tenían sus esposas, las cuales no son mencionadas en las actividades o ministerios de ellos o en la Iglesia.    Ni siquiera María, la madre de Jesús, formó parte de la dirección de la Iglesia naciente, después de la Ascensión de Cristo.   Salvo algunas profetizas, como las hijas del evangelista y diácono Felipe, no se registran otros ministerios en la Iglesia naciente, ni durante los diez y nueve siglos siguientes. 
“¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?”
(1 Corintios 9 : 5) 
Mucho menos hubo mujeres liderando el pueblo de Israel, en el Antiguo Testamento, salvo la excepción de la profetiza Débora, quien actuó brevemente como jueza, pero que sin embargo encomendó la dirección de la guerra a Barac.
 
“Asimismo VOSOTRAS, MUJERES, ESTAD SUJETAS A VUESTROS MARIDOS;  para que también los que no creen a la Palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando VUESTRA CONDUCTA CASTA Y RESPETUOSA”
(1 Pedro 3 : 1)  
Todas estas consideraciones las he venido comprendiendo y aceptando gradualmente, pues tienen apariencia de “machistas”, pero no lo son, sino que “el feminismo” como movimiento filosófico y político del siglo XX, ha excedido sus justas conquistas sociales a favor de la mujer, entre ellas los derechos a la ciudadanía, al trabajo, al voto, a la propiedad, a la educación profesional, etc., llegando al extremo de sembrar en la mayoría de las mujeres la rebeldía hacia la dirección natural, establecida por Dios, según está escrito en la Biblia, del hombre como cabeza de la mujer, en la familia y en la Iglesia. 
“LAS CASADAS ESTÉN SUJETAS A SUS PROPIOS MARIDOS, COMO AL SEÑOR;  PORQUE EL MARIDO ES CABEZA DE LA MUJER, ASÍ COMO CRISTO ES CABEZA DE LA IGLESIA, la cual es su Cuerpo, y ÉL es su Salvador”
(Efesios 5 : 22)  
Es nuestra opinión que la mujer en la Iglesia puede y debe servir al Señor, tal como lo vemos en el modelo neotestamentario, de muchas maneras, en la música, la enseñanza, sobre todo a las hermanas, la consejería, la administración, etc., pero siempre sometida a la dirección del pastor que Dios ha puesto como cabeza, en su hogar y en la Iglesia.
 
“Palabra fiel:  Si alguno anhela obispado (pastorado), buena obra desea.
     Pero ES NECESARIO QUE EL OBISPO (PASTOR) SEA IRREPRENSIBLE, MARIDO DE UNA SOLA MUJER, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar;  no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro”
(1 Timoteo 3 : 1) 
Noten que NO incluye a mujer de un solo marido, pues el requisito del ministerio de pastor es para varones.    Al escribir esto, pido excusas a nuestras santas y amadas hermanas, pues no es palabra nuestra, sino Palabra de Dios escrita. 
 
Amados hermanos y hermanas, ha sido muy difícil para mí escribir este mensaje y dudé mucho en hacerlo, no solo por la opinión contraria extendida erróneamente en la mayor parte de la Iglesia, sino porque hemos tenido y conocido magníficas líderes, maestras y amigas nuestras, a muchas santas y laboriosas hermanas en Cristo.     
Y somos conscientes que corremos el riesgo de ser malentendidos y perder o empañar nuestra relación fraternal, además de la aceptación de algunos a nuestros mensajes.  
Pero, con todo los sigo amando y sirviendo en Cristo Jesús.     
 
 

 
 
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